sábado, 30 de septiembre de 2006

Cuándo se encuentra una mujer que usa pollera y entiende del viento y del hacha, cuándo se encuentra una mujer que lleva bien atadas las trenzas, en el bosque frente a una bestia salvaje? Ve el vapor que sale del lomo de la bestia, sudando la bestia y la hembra y se miran.

Hay encuentros que hacen marcas en la mirada. Hay silencios salvajes, y corajes.

Quién despierta ahora con la cara rociada y el cuerpo húmedo, con el primer rallo de luz, tirado en la tierra, o debajo de un árbol?
Se van perdiendo vagos instantes de luz..

martes, 12 de septiembre de 2006

alcielode.estamañana

Ahora que vemos caer los copos blancos con una íntima suspensión (llenando los espacios que quedan del cuadro: el árbol de lenga, la casa de techo a dos aguas, la estalactita y la calle de tierra) veo al mismo tiempo tu ojo que se abre cómplice, y atrás, la ventana.

Ahora que se abre el telón y crecen las luces naranjas, rojas y verdes; y saltan y corren y golpean; veo tu lente y atrás tu ojo que se cierra al vértigo de la exposición.

Me sale así escribir, como algo más. Como una línea imaginaria sobre un mapa de dos dimensiones; sólo delinean algo que ya tiene forma.
Mi discurso no deforma ni inventa; mi verbo sólo emociona y canta: descubre.
Mi verbo es un peregrino que va por los mismo caminos milenarios de la lluvia “que en llanto baja hasta el mar” y se recicla.