El viento no es el viento.
Yo soy la copa de un árbol
El viento no sopla.
Soy yo quien se estremece.
El viento no está gritando,
a mi espíritu acobardado,
son sólo las crines
de un caballo salvaje,
despeinado,
que a galope decidido,
en el golpe de cada tranco,
olvida.
Me recuerda una existencia
inexplorada por estos finos sentidos,
que aquí, hoy,
me dan
sed,
placer,
angustia de conocer.
El viento huracanado,
es
el espejo
de mi espíritu
acobardado
Me estremece.
Me presiona el centro del pecho.
Frunzo mi seño.
Ansío se detenga.
Pero es que
lo traigo conmigo.
Lo sé, porque sino, no existiría, como existe hoy. Lo sé, porque sólo sería un fuerte soplo de cualquier cosa en cualquier lugar.
Me estremece.
Me presiona el centro del pecho.
Frunzo mi seño.
Ansío se detenga.
Pero es que
lo traigo conmigo.
Quizás
porque
yo misma
encierro
un
gran
huracán.
Abril 2020
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario