Es el instante y no hay más
nada, por delante ni por detrás.
Anda callado, sin nombrar, el instante.
Clama. Es sonido sin nombre, sentido.
Hacia adentro, solamente hacia allá.
Salí a tomar el aire y lo ví, ardiendo
en llamas, me vi. Miré en los ojos de alguien
que pasaba por ahí. Nos vi: andamos juntos por aquí, un instante,
nunca más.
Pero en ese momento
Titiló la eternidad.
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